MES DE SAN IGNACIO DE LOYOLA

Los jesuitas y la construcción de la nación mexicana. ¿Cuáles fueron los resultados de la ofensiva para la Nueva España?

 

Una carta del Rey de España daba la orden de que se reuniera a los jesuitas y se les leyera la carta donde se daba la orden de abandonar inmediatamente sus territorios y dirigirse caminando hacia el puerto de Veracruz. El Rey no se atrevió, no se atrevió a acusar a los jesuitas de nada, en el edicto decía: “Estimulado de gravísimas causas y por otras razones urgentes, justas y necesarias que reservo en mi real ánimo”. Si ninguna acusación, los jesuitas son expulsados de todas las casas. Esta declaración fu acompañada por la declaración del Virrey de la Nueva España, que decía: “pues de una vez para que en lo venidero deben saber los súbditos del monarca que ocupa el Rey de España que nacieron para obedecer y no para discurrir ni opinar sobre los asuntos de gobierno”. 

Con la expulsión de los jesuitas el sistema educativo fue desbaratado, las bibliotecas fueron saqueadas, las granjas de producción desaparecieron, las misiones y los indígenas fueron abandonados, hay grupos que se levantan en armas, pero es muy importante el dato de que no hay un solo jesuita que ejerza algún tipo de propuesta violenta.

 

Los efectos para una sociedad que estaba construyéndose fueron muy graves. Desapareció la posibilidad de contar sin una clase dirigente consistente. Si lo comparamos con una vida de pareja: 1821 fue el día en que reciben el acta de divorcio; 1810 es cuando la pareja acude al tribunal a presentar la demanda de divorcio, 1767 es el momento en que la pareja se pierde el respeto. Esa sociedad que estaba construyéndose se empezó a desbaratar. El Estado, al tratar de deshacerse de polo eclesiástico que le hacía contrapeso o balance, se quedó solo al frente de la sociedad, desvinculado de ella, sin poder comunicarse, sobre todo, de las comunidades indígenas.

Francisco Javier Clavijero escribe dos obras capitales “La historia antigua de México” y “La historia de la California”. Clavijero dice en la introducción en la Historia de México: “Si para escribir esta disertación fuésemos movidos por alguna pasión o interés hubiéremos emprendido la defensa de los criollos, además de ser mucho más fácil, debía interesarnos más. Nosotros nacimos de padres españoles y no tenemos ninguna afinidad o consanguineidad con los indios, ni podemos esperar de su miseria, ninguna recompensa y así ningún otro motivo que el amor a la verdad y el celo por la humanidad nos hace abandonar la propia causa por defender la ajena”.

Y en su segunda obra hace un recuento de la evangelización de la California.

La cultura mexicana nació de un mestizaje cultural que consiste en fundar sobre dos pilares: el reconocimiento de la grandeza indígena y el reconocimiento de la herencia cristiana.

Una gran aportación de los jesuitas es empezar a utilizar el término de mexicana como signo común de pertenencia en toda la población. Que los criollos han podido asumir como propia la identidad de una etnia, como eran los mexicas, esta es una contribución extraordinaria de los jesuitas expulsados la construcción de la nación.

Solamente sabiendo cómo está el mundo, sabiéndose comunicar con las bases y el pasado de la sociedad, es como se pueden hacer proyectos políticos y de dirigencia.

Antes de la independencia estuvieron al mismo tiempo en Europa dos personajes, Francisco Javier Clavijero, el más importante científico de la Nueva España, expulsado en Italia y, en París, estaba Benjamín Franklin, representante de los Estados Unidos, como embajador antes las potencias europeas.

Los Estados Unidos nacieron con un capital económico y político. México nació con un capital cultural, con un imaginario colectivo en torno al mestizaje.

La manera en que México enfrenta la guerra contra Estados Unidos o Francia representa la ausencia de un pensamiento geopolítico por cuarenta años. Otro aspecto que explica esto es la ausencia de la universidad, prácticamente todo el siglo XIX no hubo universidad en México porque se quedó sin base al desbaratar la red de colegios jesuitas.

Los expulsados son capaces de convertir todo su dolor en energía creativa en beneficio de las personas más débiles y terminan dándole al país mucho de lo poco que tienen. Este es el tipo de héroes son los que necesitamos ahora. Héroes que nos ayuden a integrar la fe y la ciencia. 

Síntesis por Diego Martínez, S. J. de la comunidad Jesuita de Monterrey.

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